España, líder mundial en donación y trasplante en asistolia: innovación médica con clave deeptech

España ha vuelto a situarse como líder mundial en donación y trasplante de órganos procedentes de personas fallecidas por parada cardiorrespiratoria (asistolia). Con una cifra récord de 1.316 donantes en esta categoría durante 2024, el país consolida un modelo sanitario único, donde la innovación tecnológica aplicada a la medicina y la eficiencia organizativa van de la mano. Más allá del hito clínico, este liderazgo se explica por un enfoque sistémico basado en ciencia, gestión avanzada y tecnología profunda (deeptech).
Este logro no es aislado. Forma parte de una estrategia consolidada que ha convertido a España en referente global en trasplantes de órganos durante más de tres décadas. En un contexto internacional en el que la demanda de órganos supera con creces la oferta, el modelo español destaca por su capacidad de adaptación tecnológica, su eficiencia logística y su arraigo institucional y social.
Un modelo de referencia internacional basado en resultados
Según el último informe del Registro Mundial de Trasplantes, coordinado por la Organización Nacional de Trasplantes (ONT), España aportó en 2024 el 24 % de los donantes en asistolia de toda la Unión Europea y el 5 % del total mundial. Este tipo de donación representa ya el 43 % de todas las donaciones de órganos realizadas en el país, una proporción que ha crecido de forma constante en los últimos años.
Además, la tasa de trasplantes en España se mantiene entre las más elevadas del mundo, con 136,1 procedimientos por millón de población, sólo por detrás de Estados Unidos. En el caso concreto del trasplante cardíaco en asistolia, España realizó en 2024 un total de 1.073 procedimientos, lo que supone el 9 % del total global, en un campo con altísima exigencia técnica.
Este volumen de actividad no solo demuestra la capacidad operativa del sistema sanitario español, sino también su voluntad de seguir innovando dentro de uno de los marcos normativos más exigentes del mundo.
Tecnología, coordinación y cultura médica: los tres pilares del modelo
El éxito del sistema español de trasplantes, y en particular de la donación en asistolia, no se entiende sin una combinación estratégica de factores tecnológicos, organizativos y sociales. Estos son los pilares que han convertido al modelo ONT en un referente replicado por numerosos países:
- Tecnología sanitaria avanzada: el uso de dispositivos de perfusión extracorpórea (ECMO), algoritmos de predicción de viabilidad de órganos y sistemas informatizados de trazabilidad han transformado por completo el proceso de donación y trasplante. El resultado es una cadena operativa más rápida, más segura y con menor tasa de descarte.
- Coordinación clínica centralizada: la ONT actúa como nodo nacional que conecta hospitales, profesionales, comunidades autónomas y laboratorios de análisis, con un modelo único de gobernanza colaborativa. Esto permite que los procedimientos se activen en cuestión de minutos, minimizando la pérdida de órganos viables.
- Cultura médica y compromiso social: España cuenta con una red estable de coordinadores hospitalarios formados específicamente para detectar, valorar y activar potenciales donaciones en tiempo real. A esto se suma un alto grado de concienciación ciudadana, lo que refuerza un ecosistema basado en la confianza institucional.
La dimensión deeptech de un sistema público
Hablar de trasplantes en asistolia es hablar también de tecnología crítica aplicada en condiciones extremas. Cada donación exige la movilización de equipos clínicos y técnicos en tiempo récord, con decisiones que deben tomarse con precisión quirúrgica y en escenarios de alta complejidad. En ese contexto, las herramientas tecnológicas marcan la diferencia.
El modelo español ha sido pionero en incorporar soluciones deeptech a lo largo de toda la cadena: desde sistemas predictivos para la selección de órganos hasta software de matching de pacientes basado en parámetros biomédicos. Esta transformación digital no sustituye al criterio clínico, pero lo potencia y lo hace más eficiente.
Además, la creciente integración de plataformas de datos interoperables, sensores biomédicos y dispositivos de control remoto en quirófano refleja cómo la tecnología se convierte en un aliado estratégico para extender la vida útil de los órganos y reducir los tiempos de intervención.
Formación y talento: el capital humano que sostiene la innovación
Uno de los elementos menos visibles, pero más determinantes del liderazgo español, es la formación del personal sanitario. El sistema ONT no solo proporciona herramientas tecnológicas, sino que promueve la capacitación continua de los equipos médicos, quirúrgicos y de gestión hospitalaria implicados en los procesos de donación y trasplante.
En este entorno, el talento no se limita al conocimiento clínico, sino que incluye también competencias digitales, capacidad de adaptación a protocolos tecnológicos y habilidades de coordinación en tiempo real. El modelo español demuestra que la innovación no está reñida con lo público, siempre que exista una apuesta decidida por la excelencia y el aprendizaje continuo.
Un estándar que ya se exporta a otros países
El sistema español de trasplantes ha sido reconocido por la Organización Mundial de la Salud como el modelo más eficiente y equitativo a escala internacional. En los últimos años, varios países europeos y latinoamericanos han comenzado a implementar estructuras inspiradas en el enfoque de la ONT, adaptadas a sus realidades locales.
Este proceso de transferencia de conocimiento, acompañado de formación técnica y cooperación institucional, posiciona a España no solo como líder clínico, sino también como exportador de innovación sanitaria estructural. Un rol clave en un contexto global marcado por la necesidad de optimizar recursos y generar sistemas resilientes.
Tecnología al servicio de la vida
El caso de la donación en asistolia demuestra que cuando la tecnología, la gestión pública y el talento clínico trabajan alineados, los resultados pueden ser extraordinarios. España no solo lidera en cifras, sino en visión estratégica: una visión en la que la deeptech no es una moda, sino una herramienta integrada en la arquitectura del sistema público de salud.
En una era marcada por la digitalización, el envejecimiento poblacional y los desafíos del sector sanitario, el modelo español ofrece un camino posible y replicable para construir sistemas más inteligentes, más humanos y eficaces.