POiN, hacia una experiencia urbana amigable
POiN, un proyecto inspirado en la maternidad y la dificultad de conciliar trabajo y familia, surge de la necesidad de encontrar actividades familiares más fácilmente. “Muchas mamás pensamos en emprender porque trabajar por cuenta ajena y conciliar la maternidad de la forma que nos gustaría es muy complicado”, explica Angélica Pimentel, su fundadora. “Pertenezco a la generación millennial: rondamos los 30 o 40 años y somos la generación que más usa y compra por Internet, sin embargo, a la hora de buscar dónde puedo ir con mis hijos por la ciudad, no había una solución fácil ni práctica en Internet. Al final, las startups siempre nacen de encontrar una solución a un problema y yo me enamoré del problema: la vida con niños tiene que ser más fácil.”.
Este problema le llevó a crear una herramienta intuitiva y accesible que brinda información personalizada sobre actividades que se pueden hacer en la ciudad en familia adaptadas a las necesidades de los niños en cada franja de edad. “La infancia es un colectivo muy particular y uno lo sabe solo cuando lo vive; salir por la ciudad con un niño de un año no tiene nada que ver con hacerlo con uno de 5 o con uno de 12. Cada edad es un mundo”.
Con el respaldo de programas de aceleración –“creo que llevamos ya unas cinco aceleradoras”-, mentores, y búsqueda de inversores, el camino desde la concepción hasta el establecimiento de la empresa llevó casi un año. “También vimos mucho el tema legal; de hecho, la primera inversión que hicimos fue con el equipo legal, sobre todo para buscar que esa información fuese segura, que estuviera encriptada, que no fuese a tratar ningún dato personal sobre el niño. Eso para mí era fundamental”.
Financiación privada, apoyo público
Desde el inicio sabían que era crucial que POiN tuviera un modelo de negocio y fuera altamente escalable: “Si tu proyecto no es fácilmente escalable, mejor no seguir adelante. No queríamos pensar pequeño, teníamos una filosofía muy go big or go home”. Aunque Angélica sigue siendo la administradora única, recurrieron a business angels y a la plataforma de crowfunding de Startupxplore. “En solo 48 horas habíamos superado el objetivo que queríamos buscar y cerramos la ronda. Bueno, esos son los titulares; detrás hubo un largo tiempo de trabajo que duró casi seis meses”.
Un momento que Angélica recuerda con especial emoción es cuando encontraron a su CTO, Irene Pérez Encinar. “Cuando buscábamos el perfil de CTO para establecer las 3 bases del proyecto, deseábamos que fuera una tecnóloga, mujer y encima que fuera madre. Todos nos decían que era imposible, que no íbamos a encontrar a alguien con ese perfil que estuviera dispuesta a entrar en una startup, lo que implica que el sueldo no va a ser el mismo que si estuviera trabajando en una multinacional, que estábamos buscando un unicornio. Pues ese unicornio existe y es Irene”. Ella fue quien creo la estructura de los datos que permiten que POiN tenga la escalabilidad que tiene y nos ayudó a entender que nuestra metodología de medir el bienestar infantil podría traducirse en un algoritmo. “Desde el inicio teníamos claro que esta solución tecnológica tenía que adaptarse y ser escalable a cualquier país del mundo y ella fue la que tradujo la idea en código”.
Otro hecho especialmente significativo para POiN fue contar con el respaldo del Ayuntamiento de Madrid, ya que fue gracias a su colaboración por lo que la plataforma, inicialmente diseñada para ayudar a las familias, se convirtió en una herramienta valiosa para las ciudades al medir el bienestar infantil. “Que el Madrid Innovation Lab (MIL) apostara por nuestro proyecto no solo nos permitió validarlo, también nos ha ayudado a abrir una puerta a un nuevo modelo de negocio que sería la suscripción de datos de forma completamente anónima y 100% hecha de participación ciudadana. Esta colaboración con el Ayuntamiento marca un antes y un después. Para mí, ha sido un sueño hecho realidad. Colaborar con las ciudades y aportar impacto social con una tecnología sostenible es algo que nos ha inspirado a todos desde el primer día de trabajo.”.
Mirando al futuro
Los planes para POiN a corto plazo incluyen lanzar la app con inteligencia artificial utilizando el machine learning para que la plataforma esté completamente personalizada según las necesidades de cada familia, además de hacerla gamificable. El segundo de sus objetivos es integrar su inteligencia especializada en familias a otras plataformas externas especializadas en turismo, cultura u hostelería para mejorar la experiencia de búsqueda, lo que incluiría un sistema de puntuación específico para niños, considerando atributos como cambiadores y accesibilidad, similar al de Nutri-Score, pero para evaluar la idoneidad de lugares para niños y ayudar a las familias a tomar decisiones mejor informadas.
En cuanto al impacto social de su startup, Angélica lo tiene claro: “Gracias a la colaboración con el MIL, el objetivo de ayudar a crear ciudades más inclusivas es cada vez más alcanzable. Sabemos, por una infinidad de estudios realizados en los últimos años, que la infancia puede ser el indicador clave para crear ciudades sostenibles para toda la población. Una ciudad amigable para los niños no significa solo que tiene más áreas infantiles, sino que es más peatonal, más verde, más accesible, en definitiva, mejor para todos”. Cuando POiN fue seleccionada en el programa de UNICEF Lab pudieron, incluso, barajar la hipótesis de escalar el algoritmo de amigabilidad a otros colectivos además de las familias. «Es bastante ambicioso, pero el impacto social siempre ha sido clave. Para mí, y para todas las personas involucradas en el proyecto. El corazón de POiN siempre ha sido, más allá del negocio o del producto, el gran impulsor de nuestro equipo, inversores, colaboradores y clientes”.